Ya lo decía Ortega: Yo soy yo y mis circunstancias. Y hoy me apetece hablar de eso, de circunstancias.
Porque las mías, probablemente, no sean las mismas que las suyas, pero son mi verdad. Y creo en ellas, y las defiendo y defenderé porque me siento responsable de ellas.
Me siento responsable de la lucha de mis padres, de mis abuelos, y de todos aquellos que no dudaron en perder para que nosotros pudiésemos ganar. Ganar en derechos, en igualdad, en dignidad. Derechos fundamentales que parecen supeditados al devenir de la economía europea. Su crisis, sus bancos, sus millones...pero nuestra miseria.
Y si ellos no tienen miedo al pueblo, no entiendo por qué deberíamos tenerselo a ellos. Porque sois vosotros ( y no me incluyo) los que les habéis subido a la cima del poder mediante aquello que nos venden como democracia, pero espero que también seáis vosotros los que no os quedéis en casa viendo como os pisotean la dignidad que generaciones enteras se han ganado a pulso.
Porque no necesito cifras, ni porcentajes, ni estadísticas ni porcentajes; porque me vale la fuerza de la gente que traspasa pancartas de rabia y ganas de lucha. Porque lo que viví ayer en Madrid no lo reflejan las portadas de los periódicos. Porque no salgo a la calle por los sindicatos, lo hago por mí, y por todos los que os quedasteis en casa sin conciencia de lo que nos están echando encima. Por responsabilidad, porque ya es hora de que luchemos por lo nuestro, y porque el miedo nunca conquistó derechos.
Y a pesar de que no suelo utilizar el blog para tratar estos temas, hoy decidí hacerlo.Porque sí lo utilizo para hablar de lo que soy; y lo que pienso, siento y creo es también parte de ese ser, de mi verdad y mi circunstancia, que en este caso y lamentablemente, creo que también es a vuestra.